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domingo, 25 de octubre de 2020

Confesiones de inodoro

Éste pequeño texto lo escribí el otro día, como ejercicio de práctica para prepararnos para el III mundial de escritura. La consigna a seguir de ése día era: 


Escribir un diálogo entre dos personas, en un baño público (del mismo sexo, claramente por ser baño público). Debe ser diálogo fluido, realista, empezar normal y lento, pero terminar con la confesión de un secreto profundo, debilidades, punto débil, etc de alguno de los dos.


Espero que lo disfruten...


Confesiones de inodoro

 

John estaba llegando al baño público de la estación central, a esa hora de la noche estaría casi vacío. La hamburguesa que había comido no le había caído nada bien, y creía no llegar.

Cuando por fin entra al cubículo, y se sienta para dejar que salga todo, escuchó un llanto, parecido al de un niño.

-       -  ¿Hola? ¿Estás bien? - Preguntó al extraño que tenía en el cubículo de al lado.

-       - Si, si, gracias. Disculpá -

-      - No por favor, disculpá vos que me haya entrometido, pero si necesitás hablar, no me molesta escuchar-

William estaba sorprendido, es cierto que estando los dos en el baño, no se verían siquiera la cara, y no sentiría tanta vergüenza por contar lo que hizo. Pero no estaba seguro si podría confiar en un extraño que cagaba al lado suyo.

-      - A decir verdad, no me molestaría hablar un rato-

-       -  Bueno, mientras esté con mis…asuntos, te puedo escuchar, ¿Cómo te llamás? -

-        -  Soy William, ¿usted? -

-        - Yo soy John, mucho gusto William, ¿a qué te dedicas?

-        -  Estoy estudiando derecho, trabajo en un depósito. ¿Usted?

-        -  Soy psicólogo, tengo un consultorio en el centro. ¿Qué te tiene tan mal para que estés llorando sólo en un baño público? -

-       -   Uffff, no sabría por dónde empezar -

-     -  Contame que generó en particular este llanto actual -

-       -   Muy bien, le cuento, espero que no me juzgue, pero hace un tiempo que tengo esta sensación de bronca, principalmente hacia los hombres de mi edad. Los detesto -

-        -  Te hago una consulta, ¿podrá ser que en realidad te gusten lo hombres? -

-        -  No, para nada, los aborrezco, me dan asco. En particular uno de mis compañeros del secundario, que además cursamos algunas materias juntos-

-        -  Ahhh ya veo, y ¿por qué ése odio que sentís hacia él? -

-         - Bueno, durante todo el secundario resolvía sus problemas con su Padre agarrándosela conmigo, haciéndome Bullying constantemente, golpeándome y persiguiéndome. Una vez tuve el descaro de responderle e insultarlo. Terminé hospitalizado -

-        -  Entiendo, a veces los jóvenes pueden ser muy…idiotas, cuando están en grupo -

-         - Exacto, un idiota de manada, constantemente tratando de llamar la atención del resto.

-         - ¿Y ahora que están en la Universidad? Imagino que debe haber cambiado un poco ¿no? -

-         - Al contrario, se volvió más despiadado, bromas más brutales, insultos y burlas más dolorosas, incluso heridas físicas sin importarle ningún tipo de consecuencia -

-         - ¿Y hablaste con las autoridades de la Institución? -

-         - A nadie le gustan los hombres llorones, es lo que me respondió el Decano -

-         - ¿Y pensaste en hacer una denuncia policial? -

-         - No tendría sentido, ya lo intenté y me dijeron que, sin pruebas directas de un acto delictivo, ellos no podían hacer nada. Me recomendaron tomar clases de defensa personal -

-         - No te puedo creer, básicamente todos se lavan las manos –

-        -  Si, estoy sólo en esto, pero ya no me va a molestar más, lo solucioné –

-        -  Ahhh, muy bien, ¿hablaste sinceramente con él?

-        -  Se podría decir que hablamos, aunque el no estaba muy dispuesto a escuchar, y cuando terminamos de… conversar… se quedó sin palabras, simplemente no respondió ni acotó nada más –

-        -  Pero… ¿qué le dijiste para que tantos años de acoso terminaran así? -

John escuchó la cadena del inodoro en el cubículo continuo, y la puerta que se habría.

-       -  William, ¿ya te vas? –

-       -   No John, todavía no, voy a terminar mi historia, he de admitir, que al principio estaba reacio a hablar con alguien, así como me sentí muy mal por Eduardo, el Bully. Pero ahora, ya me siento mucho mejor, gracias por escucharme –

-        -  Un placer ayudarte, pero… ¿qué fue lo que le dijiste? -

-        -  No fue lo que le dije, si no lo que hice. Después de decirle cómo me sentía y que necesitaba que parara, se empezó a reír, y burlarse cada vez más. No paraba, así que me acerqué a él, y cuando el estaba por pegarme…otra vez, lo acuchillé, una, dos, tres, más de 15 veces. Estábamos solos, en el baño de la Universidad. Así que ahí lo dejé. Viendo cómo se le escapaba la vida de los ojos. Y ahora que lo recuerdo, siento cierta…satisfacción –

John quedó atónito, con miedo, no creía lo que estaba escuchando. Era la confesión de un crimen, y el sin poder levantarse del inodoro.

-      -  John…. ¿sigue ahí? En fin, la realidad, es que haberlo confesado, me hace sentir mucho mejor. Y ahora que ví lo fácil que es, creo que voy a encargarme de otros idiotas como Eduardo. Gracias por escucharme. –

William patea la puerta del cubículo de John, e irrumpe en él con un cuchillo en la mano mientras John lo miraba atónito.

-        -  Es una lástima creo que debería matarlo a usted también, por una cuestión de seguridad, ya sabe, pero realmente agradezco sus servicios. Ya estoy mucho mejor ahora…

Mientras clavaba una filosa cuchilla en su garganta, se retiró del baño público de la estación central diciendo…

-        -  Creo que voy a hacer esto más seguido. Gracias. –

Pero John ya no escuchaba, todo se iba volviendo más oscuro, hasta que de repente…nada.

 


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