Translate

viernes, 6 de noviembre de 2020

¿Por qué lloro?

 ¿Por qué lloro?

 

¿Por qué lloro? Porque soy infeliz. Porque me levanto cada día con ganas de no despertar. Porque tengo miles de ideas de cosas para hacer, pero me faltan las ganas o fuerzas para implementarlas.

¿Por qué lloro? Porque hoy, a mis 33 años, intento, intento, e intento salir adelante sin joderle la vida a nadie. Trato de hacer las cosas bien, pero nada funciona.

¿Por qué lloro? Porque estudié, me esforcé, combatí contra el cansancio, al trabajar de noche, estudiar a la mañana, y dormir entre 3 y 4 hs por día. O menos. Y ahora todos esos estudios me los meto en orto.

¿Por qué lloro? Porque el cansancio se hace más fuerte que cualquier intención de seguir luchando. Porque a pesar de tener las razones correctas para no rendirme, cada vez cobra más fuerza la bandera blanca.

¿Por qué lloro? Porque a pesar de intentar corregir mis errores del pasado, porque a pesar de tratar de demostrar quién soy yo en verdad, nada es suficiente, y ésos errores siguen marcando quién los demás piensan que soy.

¿Por qué lloro? Porque yo sé quién soy, cómo soy, lo que quiero y lo que no, lo que amo y lo que no. Sé lo que valgo, aunque otros no lo vean. Pero la pucha que difícil es contentar a los más cercanos.

¿Por qué lloro? Porque no tengo futuro, porque ningún esfuerzo, realizado o por realizar es suficiente.

¿Por qué lloro? Porque no aguanto más, porque quiero gritar, quiero correr, escapar y no volver la vista atrás. Quiero desaparecer, dejar de existir, o existir en otra forma. Pero no puedo.

¿Por qué lloro? Porque estoy atrapado, encerrado. Aislado. Del mundo, de los demás, de mi propio hogar. De mi familia. Del trabajo. De la dignidad. Estoy aislado de mi futuro. De mi yo real. De mi felicidad. De mis sueños.

Por todo eso lloro, y lloro porque, aunque trato, nada es suficiente. Y mis fuerzas se acaban. Se terminan. No veo salida alguna. ¿Matarme? Ni en pedo, lo intenté y no sirve de nada. ¿Rendirme? ¿Que gano? Nada, no intentarlo no me genera nada más que una mayor sensación de inutilidad. ¿Seguir insistiendo? ¿Hasta que se agoten mis fuerzas? Ya estoy con lo último de mis reservas, pero sigo, y ¿para qué?.

Lloro por la pandemia, lloro por un gobierno de mierda, en un país de mierda con gente de mierda. Lloro por la falta de oportunidades, lloro por la pérdida de la esperanza. Por la pérdida de visión de futuro. Lloro por el tiempo perdido estudiando, preparándome. Lloro por el tiempo perdido con familiares y amigos que hoy ya no están y con los que aún están.

Lloro porque no aguanto más. Mi alma me dice resistí, mi mente puede ser, y mi cuerpo dice basta, ya está.

Lloro porque no quiero más. Lloro porque no tengo más fuerzas, y la situación no pinta que cambie.


jueves, 29 de octubre de 2020

Cabotaje

 Hoy les comparto un excelente escrito de mi amigo y hermano Alan J. Lazzari, con quien formamos equipo en el III Mundial de Escritura. Que lo disfruten!!!


Cabotaje


Acostado, a un costado,

ha costado, aún, costado.

Entre anemia o en cruz unes.

¿Es pandemia o es un lunes?

Entre líricas baratas,

verdes cinicas las ratas

Que roen, corroen mi mente de joven morfo débilmente.

Sin silencios ni sonidos, diligencio mis ombligos

Es dentro del hada enlanada,

el centro de nada es la nada.

Una caja de cemento, cruda,

raja de excremento.

Exacerba sin clemencia, esa negra diferencia

Entre "no poder salir"

y no poder salir

Gotas entre dragones, notas entre cajones

Tengo rotas espumas biliares,

mejor notas que tus familiares

Abra mi hebra deferentemente,

tan sencilla, hilvana paz

A la tierra preferentemente la semilla y nada más

Errática cebra, montaje,

con dedos parar cimiento aquí

Semántica de cabotaje; ¿por qué no pasar mi tiempo así?


domingo, 25 de octubre de 2020

Confesiones de inodoro

Éste pequeño texto lo escribí el otro día, como ejercicio de práctica para prepararnos para el III mundial de escritura. La consigna a seguir de ése día era: 


Escribir un diálogo entre dos personas, en un baño público (del mismo sexo, claramente por ser baño público). Debe ser diálogo fluido, realista, empezar normal y lento, pero terminar con la confesión de un secreto profundo, debilidades, punto débil, etc de alguno de los dos.


Espero que lo disfruten...


Confesiones de inodoro

 

John estaba llegando al baño público de la estación central, a esa hora de la noche estaría casi vacío. La hamburguesa que había comido no le había caído nada bien, y creía no llegar.

Cuando por fin entra al cubículo, y se sienta para dejar que salga todo, escuchó un llanto, parecido al de un niño.

-       -  ¿Hola? ¿Estás bien? - Preguntó al extraño que tenía en el cubículo de al lado.

-       - Si, si, gracias. Disculpá -

-      - No por favor, disculpá vos que me haya entrometido, pero si necesitás hablar, no me molesta escuchar-

William estaba sorprendido, es cierto que estando los dos en el baño, no se verían siquiera la cara, y no sentiría tanta vergüenza por contar lo que hizo. Pero no estaba seguro si podría confiar en un extraño que cagaba al lado suyo.

-      - A decir verdad, no me molestaría hablar un rato-

-       -  Bueno, mientras esté con mis…asuntos, te puedo escuchar, ¿Cómo te llamás? -

-        -  Soy William, ¿usted? -

-        - Yo soy John, mucho gusto William, ¿a qué te dedicas?

-        -  Estoy estudiando derecho, trabajo en un depósito. ¿Usted?

-        -  Soy psicólogo, tengo un consultorio en el centro. ¿Qué te tiene tan mal para que estés llorando sólo en un baño público? -

-       -   Uffff, no sabría por dónde empezar -

-     -  Contame que generó en particular este llanto actual -

-       -   Muy bien, le cuento, espero que no me juzgue, pero hace un tiempo que tengo esta sensación de bronca, principalmente hacia los hombres de mi edad. Los detesto -

-        -  Te hago una consulta, ¿podrá ser que en realidad te gusten lo hombres? -

-        -  No, para nada, los aborrezco, me dan asco. En particular uno de mis compañeros del secundario, que además cursamos algunas materias juntos-

-        -  Ahhh ya veo, y ¿por qué ése odio que sentís hacia él? -

-         - Bueno, durante todo el secundario resolvía sus problemas con su Padre agarrándosela conmigo, haciéndome Bullying constantemente, golpeándome y persiguiéndome. Una vez tuve el descaro de responderle e insultarlo. Terminé hospitalizado -

-        -  Entiendo, a veces los jóvenes pueden ser muy…idiotas, cuando están en grupo -

-         - Exacto, un idiota de manada, constantemente tratando de llamar la atención del resto.

-         - ¿Y ahora que están en la Universidad? Imagino que debe haber cambiado un poco ¿no? -

-         - Al contrario, se volvió más despiadado, bromas más brutales, insultos y burlas más dolorosas, incluso heridas físicas sin importarle ningún tipo de consecuencia -

-         - ¿Y hablaste con las autoridades de la Institución? -

-         - A nadie le gustan los hombres llorones, es lo que me respondió el Decano -

-         - ¿Y pensaste en hacer una denuncia policial? -

-         - No tendría sentido, ya lo intenté y me dijeron que, sin pruebas directas de un acto delictivo, ellos no podían hacer nada. Me recomendaron tomar clases de defensa personal -

-         - No te puedo creer, básicamente todos se lavan las manos –

-        -  Si, estoy sólo en esto, pero ya no me va a molestar más, lo solucioné –

-        -  Ahhh, muy bien, ¿hablaste sinceramente con él?

-        -  Se podría decir que hablamos, aunque el no estaba muy dispuesto a escuchar, y cuando terminamos de… conversar… se quedó sin palabras, simplemente no respondió ni acotó nada más –

-        -  Pero… ¿qué le dijiste para que tantos años de acoso terminaran así? -

John escuchó la cadena del inodoro en el cubículo continuo, y la puerta que se habría.

-       -  William, ¿ya te vas? –

-       -   No John, todavía no, voy a terminar mi historia, he de admitir, que al principio estaba reacio a hablar con alguien, así como me sentí muy mal por Eduardo, el Bully. Pero ahora, ya me siento mucho mejor, gracias por escucharme –

-        -  Un placer ayudarte, pero… ¿qué fue lo que le dijiste? -

-        -  No fue lo que le dije, si no lo que hice. Después de decirle cómo me sentía y que necesitaba que parara, se empezó a reír, y burlarse cada vez más. No paraba, así que me acerqué a él, y cuando el estaba por pegarme…otra vez, lo acuchillé, una, dos, tres, más de 15 veces. Estábamos solos, en el baño de la Universidad. Así que ahí lo dejé. Viendo cómo se le escapaba la vida de los ojos. Y ahora que lo recuerdo, siento cierta…satisfacción –

John quedó atónito, con miedo, no creía lo que estaba escuchando. Era la confesión de un crimen, y el sin poder levantarse del inodoro.

-      -  John…. ¿sigue ahí? En fin, la realidad, es que haberlo confesado, me hace sentir mucho mejor. Y ahora que ví lo fácil que es, creo que voy a encargarme de otros idiotas como Eduardo. Gracias por escucharme. –

William patea la puerta del cubículo de John, e irrumpe en él con un cuchillo en la mano mientras John lo miraba atónito.

-        -  Es una lástima creo que debería matarlo a usted también, por una cuestión de seguridad, ya sabe, pero realmente agradezco sus servicios. Ya estoy mucho mejor ahora…

Mientras clavaba una filosa cuchilla en su garganta, se retiró del baño público de la estación central diciendo…

-        -  Creo que voy a hacer esto más seguido. Gracias. –

Pero John ya no escuchaba, todo se iba volviendo más oscuro, hasta que de repente…nada.

 


martes, 20 de octubre de 2020

Madre Ser

 Buenas tardes a todos, en primer lugar disculpas por la demora. En segundo lugar, les dejo un texto escrito especialmente para el Día de la Madre, para mi Mamá y mi novia. Que lo disfruten...


Madre Ser

 

Ser Madre. ¿Qué es, exactamente, ser Madre? Difícil de explicar, y más para mí, que no sólo no soy Mujer, además, ni siquiera soy Padre.

Pero sí soy hijo, nieto y hasta pareja de una Madre, por lo que haré mi mejor intento desde mi lugar.

Ser Madre es más que parir, es mucho más que traer un ser humano nuevo al mundo.

Yo creo, que ser Madre es ser amiga, compañera, jefa, líder, guía, profesora, psicóloga, ejemplo a seguir. Básicamente una especie de Diosa en la tierra.

Hablando desde mi propia experiencia, mi vieja siempre estuvo ahí para mí, siempre tratando de comprenderme, cuando empecé a crecer, a tener mis propias ideas, mis propios pensamientos, sentimientos, etc.

Creo no haber sido un mal hijo, pero admito que la he hecho sufrir mucho por mis malas decisiones, mis malas actitudes y pésimo carácter, pero también la hice muy feliz y orgullosa de ser Madre.

Cuando ella tenía tan sólo 16 años, mi Papá y ella se casaron (hoy en día 33 años felizmente casados y juntos aún), y más tarde ese año, 17 días antes de su cumpleaños 17, nací yo.

Yo fui el primero de tres, y hasta que llegó mi hermana 3 años y medio más tarde, la atención de Mamá y Papá era plena para mí.

A mis 5 meses casi muero, y no es chiste. Le debo la vida a mi Mamá mínimo dos veces seguro, primero cuando nací, y segundo cuando tuvo la fuerza para sacarme de un horrible hospital donde ya me daban casi por muerto. Con tan sólo 17 años, mi vieja tuvo que enfrentar una cirugía en su primer, y único hasta el momento, hijo. Y junto con el apoyo de mi Papá, siguió sus instintos de Madre y me salvó. Dudo que hoy estuviera acá si no fuera por ella. Pero acá estoy.

Cuando me llevaban a pasear, mi mamá y yo nos pasábamos las tardes en la plaza “conversando” (tenía meses aún) y otro tanto cuando nos íbamos los tres de camping a disfrutar de la naturaleza (hay fotos que lo acreditan XD).

Fui creciendo, y siempre tuve muchos juguetes, nunca me hicieron faltar nada, y agradezco infinitamente la hermosa infancia que me dieron.

Hasta que llegó mi hermanita… uffff, 3 años y medio, hijo único, primero en todo (hijo, nieto, sobrino, en el grupo de sus amigos) y de repente me quitarían el trono… pero a pesar de los celos típicos de un niño, mis viejos me hicieron partícipe de la elección del nombre de mi hermana. Yo quería llamarla mandarina, pero no me dejaron… por suerte para ella.

La felicidad que tenía cuando llegó y me trajo un autito de policía, ya la quería jajaja.

Fuimos creciendo, y mi Mamá me enseñó a amar, respetar y cuidar a mi hermanita menor. Y puedo asegurar que lo hacía y hoy lo sigo haciendo.

Infinitas veces, por mi terquedad desde chiquito, por celos, por temerario, por querer llamar la atención, o tal vez simplemente por ser niño, me expuse a distintas situaciones riesgosas, y ahí estaba ella para cuidarme y protegerme como siempre, retarme si tenía que hacerlo, pero consolándome si yo lloraba, siempre lista para socorrerme cuando fuera necesario.

Durante una etapa de mi vida, vivía con Anginas, siempre me enfermaba. Y digo SIEMPRE, y ahí estaba ella cada vez, cansada seguramente, pero siempre lista para ayudarme, cuidarme, mimarme y curarme.

Durante el primario, me negaba a escribir bien la palabra “significa”, para mí era “se ignifica”, y mi mamá no paró de hacerme hacer dictados hasta que la escribí bien. Y agradezco cada segundo que no pude jugar, porque hoy casi ni tengo errores de ortografía y todo gracias a Ella, su paciencia y enseñanza.

Durante toda mi vida hasta mis 11 años, Mamá fue la protectora, repartiendo amor para ambos de forma equitativa, nunca sentí que hiciera diferencia y el amor estuvo siempre ahí, a pesar de que tenía días que seguro sólo querría alejarse del mundo.

¿Porqué dije hasta mis 11? Porque cuando yo tenía 11 años, nacía mi hermanito menor, y una vez más, mis viejos nos dejaron participar a mi hermanita y a mí del nombre del tercero.

Que alegría enorme sentimos al enterarnos, que felicidad infinita, es algo que jamás olvidaré. Estaba extasiado y enloquecido con la idea. Y llegó él, el más pequeño, y yo ya más grande, lo acepté con alegría y como con mi hermana, sólo quería amarlo, cuidarlo y protegerlo de todo, de la misma forma que ella y mi Papá lo hicieron con nosotros.

Seguimos creciendo, siempre rodeados de amor, compañía, comprensión y una maravillosa familia.

Llegó el 2001, y como muchas familias, la situación cambió muchísimo, todo se hizo más difícil. Jamás voy a olvidar, la época en que no teníamos para comer, literalmente. Sin embargo, mis hermanos y yo siempre tuvimos comida, pero no mis viejos. Eso es algo que jamás voy a olvidar, y les voy a estar eternamente agradecidos.

Mientras, yo entraba en la Adolescencia, y ahí empezaron las discusiones, como todo adolescente, pero, sin embargo, SIEMPRE estuve orgulloso de mi Mamá, y amaba caminar abrazado a ella. Y que a nadie se le ocurriera decirle nada, porque no me importaba tener 13 años y ser una pulguita, trompeaba al que sea que le dijera algo, aunque fuera tipo gordo y grandote de unos 40 o más años.

Tuve problemas mis últimos años del secundario con una profesora. En lugar de enojarse conmigo, me creyó y me defendió como nadie. Y posteriormente hizo lo mismo con mis hermanos cuando fue necesario, pero si en algún momento alguno de nosotros hacíamos algo mal, siempre siendo justa, no defendiendo ciegamente a sus hijos, si tenía que retarnos y castigarnos, lo hacía. Pero lo mejor, es que siempre fue con amor.

Crecí más, y los verdaderos problemas llegaron, las peleas fuertes, gritos, palabras hirientes y falsas, pero que arruinaron todo. Siempre mi Mamá me dio la confianza suficiente para que le cuente absolutamente TODO. Durante mucho tiempo decía que era mi amiga, pero no, me equivoqué, no era mi amiga, era mucho más que eso. ES mucho más que eso, es mi Mamá. Y ésa confusión fue la que me llevó a mí a cometer muchos errores con ella, haciéndola sufrir mucho, y haciéndome sufrir a mí mismo también.

Pero siempre lo solucionábamos, siempre, a veces tardaba más a veces menos, pero siempre volvíamos a estar bien. Y seguí creciendo, y fui aprendiendo, entendiendo, que mi Mamá no es una Diosa, no es Persona Perfecta (mentiría si diría que sí), pero si es una perfecta Mamá. Es una persona, como todos, y también fue hija, nieta, sobrina, amiga, pareja, y ante todo MUJER. Todo eso, antes de ser Mamá.

Y quién soy yo para juzgarla, cuando no viví ni un cuarto de las cosas que ella pasó. Y a pesar de ello, acá está, siempre, sin faltar un solo día a ser Mamá. Buscando la mejor forma de seguir enseñándome, acompañándome y amándome. Dándome herramientas constantemente para ser mejor persona, mejor hombre, mejor hijo, mejor ser humano.

No puedo más que estar agradecido eternamente a mi Mamá por todo lo que me dio siempre, y me sigue dando, aunque haya muchas cosas en las que disentimos.

Por eso Gracias Mamita de mi alma, gracias por ser, por estar, y por nunca renunciar a mí, aunque te haya defraudado infinitas veces. Dicen que uno elige a sus Padres antes de nacer, si es así, te elegiría de nuevo una y mil veces. Te amo Madre.

Pero también me ha enseñado otras cosas, o mejor dicho, junto a mi Papá, me dieron un ejemplo, de lo que es tener, ser y formar una familia. El compañerismo entre ambos, es lo que hoy me hace querer darle a mis futur@s hij@s lo que ellos nos dieron a mis hermanos y a mí. A mi manera, con mis formas y las de mi novia, pero un ejemplo a seguir, un faro al cuál ir.

Y acá es donde hablo de mi experiencia siendo pareja de una Madre.

Mi novia, el amor de mi vida, ya es Madre. Y SIEMPRE todo lo hace pensando en su hija, en su futuro, en darle lo mejor que pueda, y no me refiero sólo a lo material, si no amor, educación, disciplina, compañerismo, y… ahora que lo pienso, todo lo que yo también tuve de mi madre.

Y puedo asegurar que lo logra, con las dificultades y todo, ella siempre está para su hija. Y lamentablemente, la situación de Pandemia, cuarentena, encierro, hacen que hoy no pueda estar físicamente al lado de su hijita. Ya que la nena está con el grandioso Padre que tiene, y aunque no le falta nada, sí le falta su Mamá, que, por razones de fuerza mayor, después de criarla y compartir cada día durante más de 7 años con ella, por el bien de su hija tuvo que dejar de convivir con Ella.

Pero todos nuestros objetivos están con una meta muy clara, y es formar nuestra propia familia, con su magnífica e increíblemente maravillosa hija, y los nuestros propios.

Sólo por algunas de estas razones y muchísimas más, sé que vas a ser una maravillosa Madre con mis hijos, te elijo como la madre de mis hijos, porque tengo una maravillosa madre, y sé que vos lo vas a ser también, porque YA sos una maravillosa Madre, hija, novia, amiga y MUJER.

Por esto y mucho más, TE AMO y Feliz Día mi amor.

 

La intención de escribir, era hacer una especie de “resumen” de que significaba para mí, desde el lugar de hijo, el hecho de ser Madre. Pero cuando uno va escribiendo, las palabras brotan y la fluidez cambia por completo el objetivo. Terminé haciendo una reseña de mi vida con mi madre, y junto a mi novia. Dos EXCELENTES MUJERES que además son Madres.

 

Esto va dedicado no sólo a mi propia Mamá y a mi novia, si no también a mi tía abuela que es mi segunda Madre, a mis abuelas, a mi mejor amiga, y a muchas mujeres maravillosas que me rodean y además son madres.

A pesar de que muchas no se criaron con sus Madres, a pesar de que muchas tuvieron pésimos ejemplos de cómo es una Madre. A pesar de que muchas lo tienen que hacer todo solas, sin un o una compañer@ a su lado. A pesar de que absolutamente NINGUNA nació sabiendo ser Madre, sin obligación alguna, hoy hacen su máximo esfuerzo por darle lo mejor a sus hijos.

Así que me tomo el atrevimiento de hablar en nombre de todos esos hijos que amamos y estamos agradecidos por nuestras Madres, y les deseo a TODAS.

 

Un muy…

 

FELIZ DÍA DE LA MADRE!!!


domingo, 11 de octubre de 2020

Carlos y su libertad

 

Ésta historia es ficción, basada en algo que realmente me sucedió el otro día, pero exagerando un poco la situación real, cambiándome a mí por mi personaje, aunque no demasiado. Espero que lo disfruten, y puedan difundirlo, porque no es sólo una historia más, es también una denuncia ciudadana al poco cuidado que se tiene, un intento de desenmascarar la realidad que viven muchos que se ven obligados a tomar transporte público.

 

Carlos es un joven de 21 años. Le gusta vestir con pantalón de Jean Chupin, con agujeros en sus rodillas, remera rota, campera de cuero y su ya característica cresta. Usa piercings en el labio, nariz y ceja. Tiene ambos brazos llenos de tatuajes, que para el resto no significarán nada, pero para él es arte, y significa todo.

Es un buen chico, nunca le hizo daño a nadie, nunca discutió con nadie, pero aunque parezca mentira en la época actual, la gente aún lo mira raro simplemente por cómo se viste.

Como muchos otros jóvenes, hace casi 7 meses que no sale de su casa, apenas habrá salido un par de veces para ir a comprar.

Como muchos otros jóvenes, el miedo que le implantaron es más fuerte que su actitud rebelde, que su propio pensamiento crítico, y le es inevitable, ver a cada alma como el enemigo que le quiere hacer daño.

Pero hubo un cambio en su rutinario encierro, con el cuál estaba cómodo. El Viernes 9 de Octubre de Pandemia, tuvo que salir.

Tenía que viajar a Once, muy a su pesar, a conseguir materiales para que pudiera seguir desarrollando su actividad sin salir.

Después de casi 7 meses de encierro, se armó de valor, y estaba listo para enfrentar el mundo nuevamente. Sabía que éste encierro no sería eterno, pero realmente, no sabía que prefería.

Salió a las 11 de su casa, llegó a la parada del colectivo que lo llevaría a la boca del Subte, el cuál imaginaba que estaría casi vacío.

Subió al colectivo, sacó su boleto, y contempló que no era todo tan grave como él pensaba. El colectivo iba casi vacío, poca gente. Todos, obviamente, sentados, cada uno con su tapaboca y Carlos suponía que con sus botellitas de alcohol.

El primer viaje fue corto, no subió mucha más gente, por lo que bajó del colectivo, si no contento, al menos conforme y más…seguro, por así decirlo.

Fue con ánimos renovados hacia el subte, pensando que sería todo mas sencillo y rápido de lo que suponía… pobre Carlos, que errado que estaba, sin saberlo, estaba yendo al peor lugar que podía ir alguien con sus miedos al contagio.

 Pasando los molinetes, no vio demasiada gente, todo iba bien, pensó. Habían dos oficiales de policía en los mismos, suponía que pidiendo permisos a todo el que quisiera pasar, pero vaya sorpresa se llevó al ver, mientras preparaba el suyo, que nadie pidió nada. Ya esto no le gustó, porque para que hacer un permiso de circulación si después nadie te lo pide. Pero estaba con el tiempo justo, el lugar cerraría dentro de no mucho, y tenía que apurarse. Bajó las escaleras mecánicas, luego las comunes, y apenas se había cruzado con una sola persona. Vio que no había prácticamente nadie, sólo 3 personas desperdigadas en toda la estación, más que suficiente para mantener las distancias necesarias.

 

Se puso entonces, a esperar que llegara la formación. Dado que estaba en estacipon terminal, sabía que al subir estaría vacío. No había pasado ni 5 minutos y ya llegaba una formación, con gente que bajó, dando lugar a los 5 que aguardaban a subir.

Pero un anuncio informa que la formación no saldría, que deberían esperar al próximo.

No creyó que fuera muy grave, ¿cuánto tardaría, unos 5 minutos? Subirían que, ¿3 o 4 personas más?...pero el tiempo pasaba.

La siguiente formación llegó a los 25 minutos de que llegara la anterior, permitiendo una acumulación importante de gente en la estación, donde nadie, excepto él, respetaban el distanciamiento. Todos apresurados por subir a la formación y poder sentarse.

Él supuso que el apuro de los demás, se debía a que, una vez todos sentados, ya no podrían subir más, por lo que también se apuró, vio un asiento de a tres alejado del resto, y se sentó.

El subte finalmente se llenó, y la gente siguió subiendo…iban parados, agarrándose de las manijas, barandas, etc. Tocando todo con sus sucias manos. Nadie con el alcohol a la vista.

Comenzó a sentirse ahogado, encerrado. Por primera vez no le dolía que la gente lo mirara con cara rara, con desconfianza. Por primera vez agradeció ser un marginado y que nadie se sentara a su lado.

Pensó que nada podría ser peor que ésto, pero al llegar a otra de las estaciones centrales, vio cómo la cantidad de gente que subía, superaba 3 o 4 veces la que bajaba, haciendo que estén todos apretujados, ahí parados, uno al lado del otro, sin tener ni un mínimo del distanciamiento que tenían que tener.

Viajó con miedo, mucho miedo como nunca había sentido en su vida, hasta la estación donde tendría que bajar. Cuando se levantó, vio dos personas que se apuraron a sentarse en el lugar que él dejaba y otra al lado, apretujadas ya que eran ambas más grandes que él y no entraban claramente en ése espacio. Decidido a salir de ese enjambre cuanto antes, tratando de no rozar a nadie, salió a la estación, y vio el tropel de gente que entraba al subte ya sobrepoblado, empujándose como si no estuviéramos en pandemia y cuarentena.

Y luego estaba la gente que le pasaba por el costado, los que bajaron, como él, en estación Pueyrredón, y NINGUNO se puso alcohol al bajar, ninguno tuvo cuidado de no rozar a otros.

Nunca se sintió así, esquivaba a la gente como si fueran flechas en llamas que lo quemarían y asesinarían. Empezó a perder el aliento, necesitaba salir de ahí ya mismo, no podía estar un segundo más ahí adentro. Se apresuró a salir, la gente como siempre, al verlo acelerado y con su pinta, lo dejaban pasar, mirándolo con miedo, mientras no sabían que era él quien estaba atemorizado. Temblaba de pies a cabeza cuando logró salir a la calle. Temiendo realmente por su salud. No estaba preparado para ésto, no estaba preparado para salir y ver semejante aglomeración de gente.

Peor aún cuando salió al exterior. Se encontró con un Once lleno de gente, la mayoría con sus tapaboca, pero mucha gente igual, saliendo a comprar, varios en grupos. No entendía cómo la gente podía ser tan inconsciente.

Pero después se puso a pensar. Ni siquiera el Estado cuida a la gente, fingen, dictaminan reglas que nadie cumple y no hay pena por no hacerlo. La deficiente frecuencia del subte, demuestra que ni al Estado le importa que la gente se distancie. Miles con trabajos en negro tienen que exponerse a diario, porque si no, no comen, y es una realidad.

Todo esto hizo que Carlos se replanteara si realmente, tanto miedo que le metieron en su cabeza, era tan grave como aparentaba. ¿Realmente había un Virus? ¿Realmente había que temer al ser humano que está al lado nuestro? ¿Realmente tenía que seguir siendo esclavo de sus propios miedos, impuesto por los medios y el sistema?

Carlos se dio cuenta, que tenía en éste momento dos opciones. Seguir con miedo, encerrarse más que antes y no salir para nada, o desprenderse de éstas trabas, luchar contra esos monstruos inexistentes y romper las cadenas invisibles que lo aprisionaban.

Sin pensar más en el mañana, sólo en el hoy y ahora, Carlos se sacó su tapaboca, y respiró, por primera vez en 7 meses, el aire de la libertad. Enterró sus miedos, retomó el control de su vida y VIVIÓ!!!

 

domingo, 4 de octubre de 2020

Trabajar Vs … ¿Cuidarse?

Trabajar Vs … ¿Cuidarse?


Ante la situación pandémica de encierro que vivimos hoy, se abrió en la sociedad

una nueva disyuntiva. 

Salgo y voy a trabajar para comer, o me quedo encerrado, comiéndome los pocos

ahorros que tengo? 

La cuestión no es tan simple como para resolverlo con una pregunta de si o no. 

Al principio de la cuarentena, hacés 6 meses y poco más atrás, hubiese dicho: 

“Hay que encerrarse, vivís con personas de riesgo, tenés que cuidarlos a ellos….

pero… ahora? 

Con una situación económica a nivel país que nos va consumiendo cada vez un

poco más, tenemos que tomar una decisión como individuos. 

Muchos no tenemos la "Suerte" de tener un trabajo en blanco, en relación de

dependencia, con un ingreso fijo mensual que nos permita proyectarnos al

menos, hacía el próximo mes. Tenemos que resolverlo trabajando por nuestra

cuenta, con nuestras capacidades o adquirir nuevas. A veces esto se puede

realizar desde la seguridad de nuestras casas, manteniendo así un correcto

equilibrio entre poder trabajar y cumplir el aislamiento impuesto. 

Pero qué pasa cuando esto no es posible? Cuando, por falta de herramientas o

conocimientos, o también porqué no, de oportunidades, no nos queda más

remedio que salir y trabajar afuera. 

Tenemos muchos ejemplos de esto, desde los repartidores, personal de salud,

de seguridad, también oficios, cómo electricistas, plomeros, gasistas y más.

Qué hacer cuando nuestra única oportunidad de generar algún tipo de ingreso,

implica que tengamos que salir a la calle, ir a los domicilios de otras personas,

arriesgando nuestra salud y la de los que amamos. ¿Qué hacer? Gran dilema

¿No? 

Acá tenemos que definir, a nivel individual y a nivel comunidad, dónde, o cuándo

pasar ese límite autoimpuesto y salir al mundo exterior. A tratar de seguir adelante

como se puede arriesgandonos lo menos posible. 

Es una cuestión muy compleja, a la que cada individuo decidirá personalmente,

según sus posibilidades y características que los rodea, cómo actuar. 

Pero como sociedad deberíamos plantearnos...no, me corrijo, DEBEMOS

plantearnos hasta cuándo seguir con esto. Hasta cuándo vamos a dejar que el

miedo domine nuestras vidas, encerrándonos y dejando que la vida nos pase de

costado? Porque así, tanto queremos proteger esa vida, que la dejamos que se

nos escape... entonces, para que la protegemos, si no podemos vivirla? 

Es lo mismo, y acá recurro a quienes sean padres y madres para que me corrijan

si me equivoco, ya que no puedo hablar más que del supuesto, que querés tanto

a tu hijo o hija, que para que no sufra nada del mundo exterior (Durante era no

pandémica) lo encerras en tu casa, que no vaya al colegio, que no tenga contacto

con otros seres humanos que puedan hacerle daño, que no crezca como

corresponde, porque tengo miedo de que le pase algo malo….en serio?

Van a privar a sus hijos de vivir lo hermoso de la vida? No lo creo, ¿verdad? 

Bueno, exactamente ESO es lo que estamos haciendo muchos hoy, con nosotros

mismos y con los que amamos. No me malinterpreten, no se vayan 120 personas

a un boliche todos hacinados, no salgan a la calle sin ningún cuidado, Tapaboca,

alcohol preparado, mirado a alrededor y prestando atención a lo que tocamos y

que no, hoy tenemos que cuidarnos más que antes, ésa es una realidad

innegable, no rompan sus cuidados, sus protocolos y sus cuarentenas,

sólo porque me aburro en casa. 

Pero tampoco dejen que el miedo los domine, porque se nos pasa la vida, y esto

va a seguir así, mucho tiempo más, los días se suceden como horas, semanas

como días y meses como semanas. Cuando nos queramos acordar, se cumplirá

un año de encierro, de aislamiento absoluto. Y ahí mi querida gente, es cuando

el miedo, el temor… el virus mismo habrá ganado. 

Hace poco hablando con un familiar, me dijo estas mismas palabras,

“no podemos vivir con miedo”.

Y estoy de acuerdo, no podemos dejar que el miedo nos paralice, no podemos

dejar que el miedo se convierta en nuestra cárcel. Que nuestro hogar, ese lugar

seguro dónde encontrábamos confort ante un mal día en el exterior, se convierta

en el símbolo de la depresión, la desesperanza, y el miedo.

Que nuestro hogar no se convierta en el símbolo de la pérdida de nuestra libertad.

Porque después no tenemos otro lugar al que correr a escondernos, ya no nos

queda un lugar de confort al cual llegar y dejar afuera los problemas. 


Pensamientos sueltos de Ezequiel D’Astolfo

Bienvenidos a Relatos Pandémicos y Cuarentenosos!!!

Bienvenidos a "Relatos Pandémicos y Cuarentenosos"!!!! 

Blog dedicado a mi compañera de vida, al amor de mi alma, a la mujer que está conmigo siempre y me acompaña en todo. Eve V. También a mi familia, mi Padre y madre, hermana y hermano, y tía que siempre me apoyan en cada loca idea que tengo.

Gracias a mi novia, su apoyo e idea (porque fue ella la que me propuso crear un Blog), decidí crear éste Blog para poder publicar una serie de relatos, pensamientos, ideas y/o sentimientos que van surgiendo durante estos tiempos extraños que corren.

Con el paso de los meses, empezamos a acostumbrarnos a ésta nueva realidad, a algunos les cuesta más adaptarse, a otros no tanto, pero para todos, es un cambio ENORME. 

Éste espacio, estará destinado no sólo a mis propios escritos al respecto, si no también para todo aquel que quiera contribuir con sus trabajos literarios, sus sentimientos o ideas que se les cruce durante esta época.

Por mi parte, todos los Domingos publicaré algún texto propio, y dejaré reservados los Martes y Jueves para incluir trabajos de otros autores, profesionales, amateur, o cualquiera que desee compartir sus textos con el mundo.

Espero que lo disfruten, que podamos compartir entre todos cómo nos sentimos, acompañarnos y apoyarnos entre todos virtualmente, en ésta nueva era que comenzamos a vivir como realidad.

Sin más por añardir, bienvenidos a...



"Relatos Pandémicos y Cuarentenosos"